Despiértame con el Sol
sin lágrimas
sin dolor,
antes de que llegue la tormenta,
cuando las calles vacías griten mi nombre.
Déjame ir
y no preguntes más.
No hay palabras
ni recuerdos
ni velas
ni barcos
sólo una suave marea
que mece gris
la calma rotunda
de mi alma despierta
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